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Perfil:
Venezolanos en Argentina: Una realidad que crece
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En enero, más
de 300 venezolanos solicitaron y recibieron el permiso de residencia para vivir
en el país; en febrero, en tanto, fueron más de 600 quienes repitieron el
procedimiento.
Hace dos
meses aproximadamente, Mary volvió
al aeropuerto, pero no lo hizo para regresar a su país. Fue al aeropuerto de
Córdoba para recibir a su prima. Una semana después fue por dos amigas de ella.
“Se pusieron a buscar trabajo al otro
día de llegar, de puerta en puerta donde decía ‘se necesita’ cualquier cosa,
ahí estaban ellas”, me cuenta Mary.
La experiencia de 10 años que tenía como
barman le posibilitó a su prima un trabajo en la barra de un reconocido boliche
de Nueva Córdoba. "El profesional
en Venezuela no está bien pago, como barman ella gana 3 o 4 veces más que como contadora",
cuenta. En donde trabaja tiene dos compañeros venezolanos: un bachero y un
cocinero. Los dos esconden títulos de otras profesiones que, al igual que su
tierra natal, dejaron atrás.
“El venezolano que se viene llega con la
idea de trabajar y de encontrar algo rápido; es como que la misma desesperación
que tenemos nos lleva a buscar y buscar hasta conseguir”, explica Mary. Su prima Sofia, tiene 30 años y es abogada,
aunque desde que llegó al país trabaja como recepcionista en un instituto
gastronómico. “Por el momento es una
oportunidad, pero le gustaría trabajar de lo suyo”, reconoce. Para lograrlo
deberá cursar nuevamente la mitad de la carrera o estudiar un posgrado. Todavía
no tiene el tiempo ni el dinero necesario para destinar a la profesión que en
su país no le permitió independizarse “ni
llegar a lo que uno puede lograr acá”.
Tanto Mary, como su prima Sofia y sus dos amigas, Paula y Karen renunciaron a parte de sus familias, profesiones, y
costumbres para encontrar algo mejor y, desde acá, satisfacer los pedidos de
ayuda de su gente. Mary intenta
convencer a su hermano de que siga sus pasos. Él es abogado y no consigue
trabajo allá. “Yo estoy súper agradecida
con el país: para mí fue la oportunidad de que mis hijos vivan tranquilos”,
y deja entrever el motivo por el que quiere sí o sí traer a su hermano. “Yo no sé si fuera de Venezuela saben
realmente lo que esta pasando”, dice con tristeza.
Ella cree
que la comunidad de venezolanos seguirá creciendo cada vez más, porque las
cosas en su país empeoran y porque “la
crisis no es algo que se resuelve de hoy para mañana”.
“En los últimos meses he recibido consultas
de venezolanos diariamente. Te cuentan lo mal que la están pasando y preguntan
cómo hacer para conseguir trabajo en Argentina. Yo siento los mails
desesperados de la gente”, explica Mary.
Tanto Mary
como sus compatriotas, coinciden en que “acá
te dan la bienvenida” y los venezolanos que están allá los escuchan. El
‘boca en boca’ y la relativa facilidad que presenta el trámite de residencia en
la Argentina inciden en el crecimiento exponencial que se ve en las
estadísticas. Mientras sus mentes y corazones se desgarran por la realidad
venezolana, los expatriados viven y adoptan el día a día cordobés.
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